Compartir ideas de negocio: Mitos y realidades

Estamos ante un clásico dilema emprendedor. Compartir mi idea de negocio, ¿es bueno o malo? ¿Y si me la roban? ¿Y si me dicen que es una tontería? Vamos a reflexionar un poco sobre la posibilidad de compartir ideas de negocio con el resto de mortales y todo lo que nos puede aportar, tanto para bien como para mal.

Todos tenemos ideas de negocio

Si, por si no te habías dado cuenta, los seres humanos nos parecemos más de lo que crees, y estoy convencido de que casi todo el mundo ha tenido en mente esa idea que, al menos en su cabeza, iba a generar grandes cantidades de dinero y era única y especial.

Los hay quien están obsesionados con las ideas de negocio y viven en un mundo ideal (nunca mejor dicho), otros que tienen ideas de negocio cuando se juntan con una determinada persona, pero sea cual sea tu caso, siempre habrá una voz (ya sea de una tercera persona o la tuya propia) que te diga que no debes compartir esa idea con nadie más y que te la guardes.

Veamos a continuación si lo que dice esa voz tiene sentido o debemos empezar a plantearnos dejar de escucharla.

Mitos y realidades en el mundo de las ideas de negocio

Me gustaría enumerar las típicas afirmaciones que nos encontramos cuando la gente habla sobre las posibilidades de compartir sus ideas de negocio, vamos con ello:

Me van a robar la idea: Todo emprendedor ha pasado, está pasando o pasará por esta fase. Pensamos que si compartimos nuestra idea de negocio nos la van a robar, así que preferimos cerrar el pico y guardárnosla, aunque ni siquiera nos planteemos llevarla a cabo.

Si lo miras con perspectiva resulta hasta gracioso, ya que con esta postura pareces asumir que tu idea de negocio es la bomba y lo va a petar, cuando aún solo tienes una serie de datos en tu mente, nada más.

Cuando hablamos de compartir una idea estamos hablando de compartir una IDEA, con mayúsculas, lo cual no quiere decir que estés contando hasta el más mínimo detalle, tus proveedores, tu plan de negocio o tu margen de beneficio. Simplemente estás sacando a relucir esa idea para comprobar opiniones y poder obtener feedback, que es una de las cosas que más necesitas para sacar esa idea adelante y transformarla en algo tangible.

Tengo miedo a que les parezca una tontería: En muchas ocasiones no decimos lo que pensamos por temor a meter la pata (yo el primero, por desgracia). En el mundo de las ideas de negocio es algo que también sucede y es que ese miedo a que nos digan que nuestra idea es una tontería siempre está presente. Pero vamos a analizar la situación desde otro punto de vista.

Si alguien te dice que tu idea es una chorrada, en primer lugar, se está refiriendo a la idea, no a ti, así que no te lo tomes como algo personal.

También te diría que si alguien te lo dice de esa forma tan despectiva revisa tus amistades, porque las cosas se pueden decir con un poco más de tacto…

Pero bueno, supongamos que comentas tu idea de negocio a un amigo y te dice que no lo ve claro y que no cree que esa idea funcione. Aprovecha esta oportunidad para pedir esos “porqués” tan valiosos que te servirán para descubrir puntos débiles que posiblemente no habías detectado.

Ante todo, tampoco te vengas abajo porque alguien te diga que no le gusta tu idea. Recuerda que solo es la opinión de una persona, y la opinión que cuenta será la del mercado, pero de cualquier manera aprovecha para recopilar posibles puntos negativos para poder mejorarla o descartarla.

Esa idea ya la había tenido yo hace tiempo: Menudo clasicazo, señores. ¿Quién no ha escuchado alguna vez a un amigo decir “esa idea ya se me había ocurrido a mi” cuando hay alguna empresa o producto que tiene cierto éxito? ¡Incluso puede que tu mismo lo hayas hecho! Lo confieso, a mi me ha pasado.

Y aquí reside uno de los motivos por los que no debes tener miedo a compartir tus ideas de negocio. Tu idea seguramente la hayan tenido miles de personas antes que tú, pero, ¿cuántos dan el paso y la llevan a cabo? Pues una minoría minúscula, si es que me permites utilizar esta expresión tan redundante.

Las personas hablamos continuamente de planes de futuro, pero cuanto más complejos son esos planes y sus rendimientos no están nada claros, menos posibilidades hay de que los llevemos a cabo.

El poder de la vagueza es muy fuerte y siempre tendemos a buscar la solución más cortoplacista en cuanto a resultados. Puede que estés pensando en montar un negocio con esa nueva idea que te ha llegado del cielo, pero, ¿de verdad vas a pasar a la acción o vas a quedarte viendo Netflix en el sofá? La mayoría de la gente opta por la última opción, y luego cuando ven a alguien triunfar con un modelo de negocio que en su día habían pensado comienzan a despotricar contra él diciendo que esa idea la habían tenido antes y a poner mil excusas. Aquí no hay más opciones: o lo haces o no lo haces.

Mi idea, mi tesoro: También existe el tipo de persona que acumula ideas de negocio ad eternum, pero ni las cuenta a nadie por temor a que se las roben ni las pone en marcha porque no tiene energía ni foco.

Esas ideas en tu mente son una fuente de recursos totalmente desperdiciada. ¿Para qué quieres tanta idea si ni las llevas a cabo ni se lo cuentas a nadie? Al menos regala ese conocimiento y compártelo con personas a las que puede interesar, porque si nunca las vas a dar vida, ¿de que te sirven? Quizá temas que otro se pueda hacer rico gracias a tu idea de negocio: ¿Y donde está el problema? Sería la confirmación de que tienes buenas ideas de negocio y de que es hora de que pases a la acción y salgas de ese mundo mental en el que te encuentras encerrado. ¡Las ideas deben compartirse!

Del dicho al hecho…: Incluso cuando se les da mucho “cariño” a las ideas de negocio, en muchas ocasiones no pasan de la fase de “idea”. De nuevo tengo que hablar desde mi propia experiencia personal. Muchas veces, ya con la idea clara, nos ponemos a trabajar sobre ella: análisis del mercado, búsqueda de proveedores, competencia, naming, compra de dominio web… y cuando parece que los deberes previos están hechos, nos quedamos paralizados.

Hay muchas causas que provocan esta situación: miedo a hacerlo realidad, temor al fracaso después de haber trabajado tanto, falta de foco, incompatibilidad con otros proyectos, pereza, etc. Y es una pena que esa idea quede ahí aparcada en un rincón, tan trabajada y hermosa ella…

Con esto también intento quitarte ese miedo a compartir ideas de negocio, para que veas que incluso con ideas ya trabajadas que son un plan de negocio serio, ¡hay una gran cantidad que tampoco ven la luz!

Todo esto que te cuento lo hago porque lo he vivido y seguramente siga viviendo alguna de estas situaciones, tanto desde el punto de visto del observador como del propio, ya que considero que he pasado por todas estas fases comentadas.

Seguramente te sientas identificado en muchas de ellas. No te lo tomes como un menosprecio ni nada parecido, simplemente reflexiona sobre tu postura e intenta mejorar tu relación con las ideas de negocio para que sirvan de algo, ya sea a ti mismo o a cualquier persona, pero sobre todo, no te las guardes, ¡compártelas con el mundo!

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