Crecer o no crecer

Estamos constantemente bombardeados con la idea de “ir siempre a más” y ser más grandes y fuertes en cualquier ámbito de nuestra vida. Si nos centramos en el mundo de los negocios, ¿realmente es necesario y sobre todo, positivo, el hecho de ser más grandes? Reflexionemos sobre este tema.

Las ventajas de ser pequeño

Hace unos días leía un artículo sobre algunos desventajas que tenía el hecho de aumentar el tamaño de nuestra empresa. Con aumentar de tamaño me refiero a pasar de ser una empresa unipersonal o muy pequeña a incorporar más trabajadores y ampliar horizontes.

Si lo piensas bien, si que se nos “bombardea” desde muchos frentes sobre el ideal de crecer nuestros pequeños proyectos y dejar de ser miniempresas para ser algo con más renombre. ¿Y si nos encontramos a gusto en nuestro pequeño mundo? Lo cierto es que ser pequeños, además de que puede ser una decisión personal totalmente respetable, también conlleva algunas ventajas frente a empresas de mayor tamaño. Veamos algunas de ellas:

Dueño de tu vida: Uno de los motivos por el que cada vez existen más pequeños proyectos unipersonales es que necesitamos más autonomía en nuestras vidas.

Si trabajas para ti mismo o como mucho, con uno o dos socios, al final más o menos vas a controlar tus ritmos de vida y trabajo y podrás distribuirlos como te venga en gana.

Cuando las empresas comienzan a crecer y se incorporar nuevos miembros, surgen nuevas responsabilidades y coordinar todos los movimientos se hace cada vez más complicado, lo que provoca que mucha gente se “queme” cuando sus proyectos empiezan a crecer.

De hecho, en los últimos tiempos ha surgido la estrategia denominada Results Only Work Environment (ROWE) que se basa en pagar a los empleados por cumplir sus objetivos sin importar cuando o como los cumplan, intentando así darles ese toque de autonomía a los empleados de empresas de cierto tamaño.

Cuanto más sencillo, mejor: Dicen que la solución más simple suele ser la mejor, y desde luego esto se puede aplicar perfectamente al mundo de los negocios.

A medida que las empresas van creciendo se van haciendo más complicadas, con más procesos intermedios y más personas y departamentos involucrados.

Al final, en estas empresas te encuentras con situaciones que rozan lo absurdo, donde para cualquier pequeño trámite tienes que hablar con a saber cuantos departamentos y para cuando quieras obtener una respuesta ya será demasiado tarde.

Mientras, en tu pequeño reino freelance las decisiones se toman en menos de un chasquido de dedos, más informal, pero más efectivo.

Tasa de éxito: Los estándares actuales en el mundo de los negocios nos dicen que para triunfar hay que crecer y tener negocios escalables cuanto antes. Ya hablé en su día de la obsesión que hay por la escalabilidad en este artículo, puedes echarle un ojo para refrescar tu memoria.

Pues bien, a pesar de que se nos dice que crecer rápido puede ser el secreto del éxito de las startups, nada más lejos de la realidad. Algunos estudios indican que las empresas que son sometidas a este aceleramiento fracasan en un alto porcentaje precisamente por esas prisas por crecer.

Así ahora tiene más sentido centrarse en hacer las cosas bien y dejar las prisas por crecer para quien le interese, así que ya lo sabes, paso a paso, sin prisa pero sin pausa.

Resiliencia: Ya hemos hablado de éste término tan raro de la resiliencia  en otro post. Para refrescarte la memoria, recuerda que la resiliencia viene a ser la capacidad que tenemos los humanos para superar situaciones adversas e incluso obtener aprendizajes de éstas.

Para algunos empresarios de éxito, la resiliencia es la clave fundamental para tener éxito en los negocios, por encima incluso de los estudios o la experiencia previa.

Podríamos recopilar en 3 pilares básicos las claves a trabajar en la resiliencia aplicada a los negocios:

  • Tener un propósito claro y definido de lo que estamos haciendo y porqué lo estamos haciendo, incluso aunque las cosas no vayan todo lo bien que nos gustaría.
  • Aceptar la realidad como algo que no podemos controlar del todo, aunque si adaptarnos a ella y aprovechar lo que nos ofrece.
  • Saber pivotar y adaptarse a un mercado que cada vez cambia más rápido.

Ahora que ya conocer los pilares de la resiliencia en los negocios, ¿a quién crees que le resultará más fácil aplicarlos? ¿a ti como freelance o pequeña empresa o a una empresa de cierto tamaño?

Evidentemente, cuanto más grandes son las empresas, mayores son los problemas para moverse con cierta rapidez, ya que intervienen muchos factores.

Siendo freelance las decisiones las podemos tomar desde ya, sin necesidad de esperar a que nadie nos de su ok ni nada parecido.

Facilidad para tomar riesgos: Siendo pequeños podemos correr riesgos más fácilmente de lo que lo harían las compañías más grandes.

Podemos probar ideas de forma más sencilla, hablando de tú a tú con los clientes y conseguir un feedback más sincero y humano.

Para una compañía grande, los riesgos son mayores a la hora de probar nuevas cosas. Normalmente tienen miedo de poder dañar su imagen de marca, además de una dificultad añadida para empatizar de una forma real con los consumidores.

Hay casos de grandes empresas que para testear ideas en el mercado crean nuevas compañías precisamente para salvar estos escollos comentados.

Y hasta aquí este repaso a algunas de las ventajas de ser pequeño dentro del mundo empresarial. Desde luego hay muchas más, así como inconvenientes, pero lo que deberías primar sobre todo es tu decisión personal. Si quieres tener tu ritmo de trabajo bajo control y ser tu quien tome la última decisión, ser pequeño es ideal y desde luego no tiene nada de malo.

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